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¿Por qué llamamos lana a todos los hilos?

¿Alguna vez te has preguntado por qué llamamos lana a todos los hilos, incluso si no provienen de las ovejas? Esta es una pregunta que quizás muchos se han hecho alguna vez, sobre todo si se dedican al mundo de la costura o el tejido. La lana es una fibra natural que se obtiene de la esquila de las ovejas y otros animales como las alpacas, las llamas o las cabras. Sin embargo, en el lenguaje común, solemos usar el término lana para referirnos a cualquier tipo de hilo que sirve para tejer o coser, ya sea de algodón, de seda, de poliéster o de cualquier otro material. ¿A qué se debe esta confusión? En este artículo, te voy a explicar el origen de esta curiosa costumbre y cómo se ha mantenido a lo largo de los siglos.

Los primeros hilos que se conocen son los de lana, que se remontan al Paleolítico Superior, hace unos 20.000 años. Los humanos prehistóricos aprovechaban el pelo de los animales que cazaban para fabricar cuerdas, redes y telas rudimentarias. Con el tiempo, se fueron domesticando algunas especies de animales productores de lana, como las ovejas, y se perfeccionaron las técnicas de esquila, lavado, cardado, hilado y tejido. La lana se convirtió en un recurso muy valioso y se extendió por todo el mundo. Se crearon distintas variedades de lana según el tipo de animal, el clima y la región.

La palabra lana proviene del latín lana, que significa vellón o pelo de los animales. En la antigüedad, la lana era el material textil más utilizado para confeccionar ropa, mantas y tapices. Los romanos, por ejemplo, tenían una gran industria lanera y exportaban sus productos a todo el imperio. La lana era apreciada por su calidez, suavidad y resistencia.

Paralelamente, se fueron descubriendo otras fuentes de fibras textiles, como el algodón, el lino, la seda o el cáñamo. Estas fibras tenían características diferentes a la lana, pero también podían ser hiladas y tejidas para crear telas. Sin embargo, la lana seguía siendo la más abundante y accesible para la mayoría de las personas.

Con la llegada de la Revolución Industrial en el siglo XVIII, se produjo un cambio radical en la producción textil. Se inventaron máquinas que permitían hilar y tejer más rápido y con mayor calidad. Se desarrollaron también nuevas fibras sintéticas a partir de sustancias químicas, como el rayón, el nylon o el poliéster.

Estas fibras sintéticas tenían ventajas sobre las naturales, como una mayor resistencia al desgaste, al encogimiento o a las arrugas. Además, eran más baratas y fáciles de producir. Por eso, se fueron imponiendo en el mercado y desplazando a las fibras naturales.

Pero a pesar de la diversidad de fibras disponibles, muchas personas siguieron usando el término lana para referirse a cualquier hilo o tejido. Esto se debe a que la lana era el referente histórico y cultural de la industria textil y tenía una fuerte presencia en el lenguaje cotidiano. Así, se formaron expresiones como “tirar de la manta”, “estar hecho un ovillo” o “ser una oveja negra”, que aluden a la lana de forma metafórica.

Además, la lana también se convirtió en un símbolo de identidad y tradición para algunas regiones o países. Por ejemplo, en Escocia, la lana es el material principal de los famosos kilts, las faldas escocesas que se usan como parte del traje nacional. Los kilts tienen diferentes diseños de cuadros llamados tartanes, que representan a los clanes o familias escocesas. Cada tartán tiene un significado y una historia que lo vincula con una región o un evento histórico. Los kilts se usan en ocasiones especiales como bodas, festivales o ceremonias. En Perú, la lana de alpaca es una de las más finas y suaves del mundo. La alpaca es un animal originario de los Andes que se adapta a las altas altitudes y al frío. Los pobladores andinos han criado alpacas desde hace miles de años y han desarrollado técnicas para tejer su lana en hermosos textiles. La lana de alpaca tiene una gran variedad de colores naturales y se usa para hacer ponchos, chullos, chalinas y otros accesorios. La lana de alpaca es un símbolo de la cultura andina y de su conexión con la naturaleza, y en Nueva Zelanda, la lana de merino es una de las más apreciadas por su calidad y suavidad. El merino es una raza de oveja que se originó en España y que fue llevada a Nueva Zelanda por los colonos británicos en el siglo XIX. El merino se adapta bien al clima variado de Nueva Zelanda y produce una lana muy fina y resistente. La lana de merino se usa para hacer ropa deportiva, ropa interior, suéteres y calcetines. La lana de merino es un símbolo de la industria lanera de Nueva Zelanda y de su reputación internacional.

En conclusión, llamamos lana a todos los hilos porque la lana fue el primer material textil que se usó masivamente y porque tiene un gran valor histórico y cultural. Sin embargo, es importante saber diferenciar entre los distintos tipos de fibras que existen y elegir la más adecuada para cada ocasión. Así podremos disfrutar de las ventajas de cada una y cuidar mejor de nuestras prendas.

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